Como en todas las ex-colonias, esta operación ha permitido que diversas empresas del país colonizador abrieran jugosos mercados cuyos beneficios escapan a la población y, más concretamente, a la población que vive en el lugar.
A menudo, esto se acompaña de una feroz represión antisindical en el país. Se trata de una de las condiciones para reforzar la explotación de los trabajadores y las trabajadoras y, con ello, para incrementar la rentabilidad para los explotadores. Este es el caso de Marruecos, donde los militantes de la Organización Democrática del Ferrocarril (ODR) han sido objeto de medidas discriminatorias: traslados a cientos de kilómetros de sus familias, degradaciones, acoso, despido... Así, el secretario general de la ODR, Said Nafi, fue despedido. Su determinación y los apoyos internacionales y en Marruecos han logrado su reincorporación, pero en una filial en un puesto aislado. Después de años, la promesa de una reincorporación plena en el seno de la ONCF sigue incumplida.
Esto dura ya diez años. ¡Basta ya!
Las organizaciones que forman parte de la Red Sindical de Solidaridad y de Luchas, así como de la Red Rail Sin Fronteras, de las que son en particular miembros la ODR (Marruecos) y SUD-Rail/Solidaires (Francia) exigen que cese la represión antisindical contra los militantes de la ODR y que en la Compañía Nacional de Ferrocarriles de Marruecos (ONCF), como ocurre en otros lugares, el sindicalismo independiente, combativo y respetuoso de los mandatos decididos por sus bases se desarrolle.
http://www.laboursolidarity.org/MARRUECOS-Ferrocarriles-marroquies?lang=es
